Inauguramos sección Apuntes Literarios con una historia triste.
Empecé a leer muy tarde, en mi opinión,
a los 16 años y aunque alguna que otra vez me presionaba por leer más de lo que
podía, nunca llegue al punto de autoimponer un reto de lectura. Cubría una
cuota de 10 libros anuales, pero ha sido hasta el año pasado
que superé mi cuota con más de 30 lecturas.
Antes de continuar, debo aclarar que
cuando menciono lecturas me refiero a
novelas, cuentos, antologías y ensayos. No anotó los textos que tenemos que
leer en la escuela, ni nada que tenga que leer para alguna materia porque por
lo regular siempre son lecturas parciales.
Este año me siento feliz y orgulloso de
superar las 50. Las lista la tendréis a fin de año y pronto estaré publicando
un Top de lo mejor y lo peor que he leído este año.
Por lo pronto hay que hablar de un par
de vicios de lector (y escritor): La desidia y la
procrastinación.
La primera novela que leí fue Carrie de Stephen King y tardé cerca de
un mes en terminarla. Me costó mucho tiempo acostumbrarme a leer a un mismo
ritmo, con la misma frecuencia y conseguir terminar novelas de la misma
extensión en menos de una semana. Es decir, además de ser un placer, leer
implica trabajar. Y durante mucho tiempo me negaba a desarrollar esa parte. Por
ello, existe una lista maldita de libros, novelas, antologías de cuentos, que
comencé en algún punto de esos 8 años y nunca terminé. Esperando que con esta
entrada, en retrospectiva, me permita terminar de leer o abandonar
definitivamente esas lecturas.
Algunas
observaciones:
1) Sólo considero libros que empecé a
leer y que abandoné pasadas las 50 páginas.
2) No recuerdo en todos los casos los
motivos por los que empecé, por qué abandoné o incluso de qué iba la trama.
3) El orden es alfabético.
4) Es una lista larga.
¡Comencemos!
1. 1984
de George Orwell.
Todos conocemos esta obra. La novela
distópica por excelencia (me refiero a la más conocida). Fue de los primeros
libros que empecé a leer luego de Carrie.
Lo conseguí en .pdf y llegué a la página 26. Después lo compré en físico y
acabé la parte 1 pero hasta ahí lo he dejado.
¿Por qué?
No lo recuerdo. Estaba en el bachillerato así que supongo que habrá tenido que
ver con tareas.
Este es uno de esos libros que compré en
mis pequeños viajes al tianguis en busca de estantes de libros de segunda mano.
Y es un libro tan chiquito (18 x 12 cm.) y de tan sólo 149 páginas, que me
senté a leerlo una tarde de café. Llegué a la página 70 y tuve que hacer algo,
regresé el libro al estante y nunca más lo volví a tomar. Triste historia.
Estuve a punto de regalarlo el día del libro a una biblioteca de mi colonia
pero no lo hice porque tengo esperanzas de terminarlo.
Alicia
en el país de las maravillas me encantó, he querido
escribir algún comentario, es una obra maravillosa a la que se puede volver a
cualquier edad y fascinarse, adquiere nueva vida. Por ello empecé a leer,
inmediatamente después de terminar, su secuela. Y no sé porque me aburrí. Sería
la falta de novedad, sería que tenía ganas de leer algo distinto, no estoy
seguro. Pero está claro que debo terminarlo.
Sí, también he dejado a medias novelas
gráficas y series de comics. Éste en particular lo empecé con muchas ganas, me
gustan los comics, me gusta batman en todas sus versiones. El problema es que
empiezo a leer, de nuevo, con mi hábito de lectura
de café y si surge una interrupción no acabo, y como son obras
relativamente breves, siento que puedo terminarlas en cualquier momento… y hela
aquí.
Cuando era un joven sin preocupaciones
mundanas, con trabajo pero sin obligaciones financieras, acostumbraba ir a los
tianguis a comprar entre 3 o 4 libros por visita (esto era cada 3 o 4 semanas).
En aquel entonces me consideraba un bibliómano,
sentía la imperiosa necesidad de tener libros sólo por la satisfacción de tener. Y
cuando me encontraba con libros de una misma colección no podía contenerme en
regatear. En una de esas compré dos libros de la Colección Ilustrada de Obras Inmortales de Editorial Cumbre: Ben
Hur y La cabaña del Tio Tom. El segundo nunca lo he empezado a leer, pero de
Ben Hur lo comencé y lo dejé en la página 60.
¿Por
qué?
En aquella edad tenía ciertos choques con mi educación religiosa y todo el
asunto de los magos me aburría. También no he podido ver la película por ese
motivo. Era de esos neófitos que sienten la necesidad de primero leer la novela
y luego ver la película. Ahora no he
visto la película porque no me he dado el tiempo.
Vuelve la maldición de la lectura de café y sus obras inacabas
porque soy interrumpido. Sólo que en este caso si abandoné de forma definitiva.
Este libro iba incluido en el lote que doné el día del libro, junto con otros
20.
Lo de este libro si es una maldición y
rompo una de mis reglas. Nunca he pasado de la página 23, la conversación del
borracho Marmeladof. Juraría que he empezado esta novela unas 5 o 6 veces y
siempre me detengo ahí. Ojala fuese que me ganara el sentimiento la trágica
historia del hombre pero es que me aburre, no puedo continuar. Y es una novela
a la que le tengo muchas ganas desde que sé de su existencia. Espero que no se
convierta eso en mi conversación de borracho:
—Ha terminado de leer Crimen y castigo,
dice usted ―termino mi vodka de un solo trago—. Yo no puedo acabarla, amigo
mío. ¿Le molesta que le diga amigo? Sé que no. Parece usted una mente
comprensiva, deje que le cuente entonces…
Además que el libro en sí es muy bonito: pastadura, canto dorado.
¡Lectura
de café, te maldigo!.
A ti y a todo lo que interrumpe ese momento.
A ti y a todo lo que interrumpe ese momento.
Me gusta el género de terror, me encanta
el miedo, las sensaciones que despierta. Y las crónicas necrománticas sería mi
primera saga en leer (antes de adquirir cierta aversión a las mismas). Y ha
pasado tanto tiempo desde que abandoné esta lectura que no recuerdo de que
mierda trataba. Por lo que si algún día lo retomo, tendrá que ser desde el
principio.
Vuelven las novelas gráficas. La
sinopsis de ésta me atrapó y lo habría terminado sino fuera por una simple
razón. Está en inglés. Y mi dominio
del idioma no bastó con esta obra, aunque claro, eso fue a los 17 o 18 años,
por lo que quizá ahora sea otra historia.
Mi relación con Charles Dickens es la
misma que tengo con Victor Hugo (que también tiene su lugar en este top), estoy
mucho más interesado en sus vidas que en sus obras. Los admiro como escritores,
conozco sus obras por referentes o resúmenes y he leído biografías enteras de
ambos. Pero sus obras…, bueno. David Copperfiel me atrapó en un principio pero
no fui capaz de terminarla, fue tedio, promesas de retomarla en poco tiempo y
con el paso de los años olvidé en dónde me quedé y me dio flojera
volver al principio. Pero eso tendré que hacer.
También quisiera retomar El misterio de Edwin Drodd, que de
nuevo, me atrae más por las implicaciones de la vida de Dickens en la obra.
De diez en diez acabaremos pronto.
¿Qué opináis? ¿Valdría la pena terminar
estos libros? Dejad vuestra opinión y comentad que libros tenéis en la lista
negra de no-acabados.
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