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Review: El devorador

El devorador EL DEVORADOR 
Lorenza Ghinelli
2 de 5 estrellas


Hay reseñas que ya han dicho lo que pienso, así que vamos a ser breves y directos.


Es una novela estándar de terror y que no da miedo. Al inicio está ok, la criatura por sus habilidades y crueldad resulta interesante, sin embargo, a partir del segundo acto la historia se vuelve larga y demasiado común. Tendrá que ver con que soy una persona a la que le encanta el género del terror y que he visto casi cuanta película cae en mis manos del género, de horror, asiáticas y un largo etcétera, que la novela es condenadamente estándar. Ojo, no predecible (que también, pero esto es consecuencia de lo anterior), sino “estándar”. Me recuerda una y mil cosas: escenas, personajes, situaciones, trama, monstruos, todo ya lo he visto antes. Es demasiado similar a The Ring (la película americana, ni siquiera la novela) para sentirte interesado, continué leyendo por inercia. Todo es demasiado familiar, como una cena navideña en la que no quieres hablar con nadie porque ya los conoces a todos y nadie te agrada (no sabes qué pasará, pero nada te sorprendería).


La forma en que da nombre a cada sección de los capítulos al principio es original y atractiva pero llegando al final es un traspié, es como ver un episodio de La Ley y el Orden y que en la persecución del final, en cada corte de escena, aparezca la pantalla en negro mostrando la ubicación y la fecha con su respectivo efecto de sonido ¡Chun-chun!. Se pierde el ritmo y cansa.


No hay un solo personaje que destaque, todos parecen una plantilla (de personajes copiados de The Ring, la película).


Pareciera que la autora no sabe manejar la tensión y cree que el método consiste en alargar las frases para que tardes más en leerlo repitiendo muchas veces el mismo verbo en un solo párrafo:

"Sintió que el olor de la orina le subía al cerebro y deseó con todas sus fuerzas poder volver a los recuerdos de antes. Sintió que sus piernas perdían vigor […]. Sintió el impulso irresistible de no existir […]. Sintió como las galaxias se arremolinaban, sintió que tiraban y le dio miedo. Sintió que la fuerza abandonaba sus miembros y alcanzaba las estrellas; sintió músculos, los nervios y la sangre se disolvían, sintió que algo lo inspiraba. Sintió que lo arrancaban".


Algunos símiles no ayudan en nada para experimentar el terror de la escena, como comparar un cuerpo que se desvanece con una tarta que se deshincha. Y otras frases que, por querer sonar profundas, resultan ridículas (aunque ambas cosas podrían o no ser bronca del traductor):

"Era capaz de odiar el odio que le hacía odiar a quien odiaba y daba miedo".


Y por último, el capítulo final es explicativo. De esos que te dan cada detalle de cómo, por qué y quién era el monstruo aunque sea más que evidente.


No le doy una estrella porque tampoco me parece justo, no es mala. Sencillamente es demasiado familiar para un género en el que ya casi no hay originalidad.



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