Dibujo que no pude escanear, así que lo modifiqué un poco. Y sí, me sentía muy emo cuando lo hice. |
Reflexión, s.
Proceso mental que nos da una visión más clara del pasado y nos permite eludir
peligros que no volveremos a enfrentar.
Ambrose
Bierce, Diccionario del Diablo.
04 de Octubre, 2016.
Querido
Diario
El
03 de octubre inició la Semana de
Antropología, motivo del X Aniversario de la Licenciatura
en Antropología. Desde que tuve el programa en mis manos pensé en
asistir a distintas mesas, e inaugurar la categoría 6
| Diario de Campo con los apuntes que salieran de la experiencia; sin
embargo, no contaba con mi astucia.
No estaba seguro de querer asistir a la Ceremonia Inaugural del día lunes 03, pero si a los dos eventos
siguientes. El primero, la conferencia magistral impartida por el Dr. Francisco Javier Gómez Carpintero, “Antropología, sujeto y conocimiento”. El segundo, un Panel abierto titulado “La licenciatura en Antropología en la
Universidad de Guadalajara.” En particular, quería utilizar este último
como punto de partida para desarrollar el tema que intento abordar en esta
entrada. Pero como ya dije, no pude asistir, por las razones más estúpidas. Por
lo tanto, no tengo información de primera mano sobre cómo estuvo el panel. Por
lo pronto sólo considera eso, que no asistí y cualquier opinión respecto a lo
que se pudo haber comentado en el panel es mera especulación, quizá si de
casualidad algún buen samaritano lo grabó pueda verlo.
Desde mi 1er. Semestre he visto carencias de la carrera, cuando no es el
material bibliográfico son los espacios, o los profesores, o los tiempos, o el
compañerismo. Soy de los que cree que nunca será suficiente, no puede hacerse
realidad aquel escenario utópico e idílico de una Universidad de Mármol y los mejores baños de Escocia. He escuchado quejas, y he sido
participe de ellas, respecto a lo que no tenemos y sobre lo que la carrera no
consigue ser y cuanto nos frustra el sentir que no podemos cambiarla. Hoy,
mientras caminaba de regreso a mi casa, pensando en mi trayectoria y en los
cambios que la universidad ha tenido (en esencia, ninguno), quise recordar qué
había hecho yo por mi carrera… Nos conformamos porque es mucho más sencillo
señalar el fracaso, las carencias de una institución a la que no podemos darle
rostro. Pero, ¿Qué es una Universidad sin Estudiantes? Quizá olvido con
demasiada frecuencia que la estructura de una institución académica no puede cambiarse,
no está ahí para cambiar. ¿Y nosotros? Como dije, es sencillo notar las
carencias. En 7 semestres no he sido un buen estudiante, si ando desanimado
falto a clases, me propongo asistir a conferencias y luego no voy, me quiero
involucrar en otras actividades pero la mayoría del tiempo le tengo miedo al
compromiso, incluso para mantener un ritmo en este blog soy malo.
Debería considerar otras opciones, más allá de señalar qué es lo que la
Universidad no puede brindarme, pensar en otros espacios que puedan ayudarme a
desarrollar habilidades complementarias, no en afán de distanciarme sino con la
intención de crear vínculos y otras opciones de desarrollo. La “Academia” es
una semiósfera cultural y si uno espera a que estas crezcan desde su centro nos
llevaremos una constante decepción, puesto que el crecimiento se da a través de
las interacciones, de alianzas, vínculos y contacto con otras semiósferas,
cuando sentimos que la carrera se ha estancado es porque lo estamos nosotros.
Eso es lo que se necesita, y los puntos de frontera y contacto somos los
estudiantes. Eso quiero creer, también puedo ponerme romántico para evitar darme un tiro.
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