Curso: Nuevas tecnologías aplicadas a las ciencias sociales
Actividad 2.2
Pudo haber sido cualquier otra cosa. Mi padre se inclinaba por la Administración de Empresas, mi madre por cualquier carrera que me hiciera un hombre de provecho. Yo no tenía ni idea. Conocí a una joven cuando se hospedó en nuestra casa y me pidió usar la computadora para hacer su registro en la universidad. Luego de terminar el bachillerato, en aquellos lejanos días, mi última preocupación era que estudiaría después de dos años mal asimilados.
De hecho ya mucho tiempo y no puedo
recordar con precisión los resultados pero sí que me llamó la atención uno de
ellos que se repetía en varios test: Antropología.
Cómo ya he dicho antes en este blog (en:
¿Qué es Antropología?, una de mis primeras entradas), quizá tenía algún
conocimiento de la palabra, la había escuchado mencionar o tenía referentes de
la cultura popular. Sin embargo, fue hasta ese día que me di a la tarea de indagar
más en el asunto y cada cosa nueva que leía incrementaba el interés.
Tenía dos opciones: La Universidad de
San Carlos en Guatemala (mi residencia en aquel entonces), o la Universidad de
Guadalajara (donde mi familia tiene casa). Guatemala no era la mejor opción
porque mis padres en cualquier momento serían cambiados (y en efecto pasó, nos
fuimos a El Salvador, dónde me quedé un mes antes de venir a Gdl) y había
ciertas prácticas que ahora denomino “rituales de paso” que al parecer
aplicaban a todos los novatos de la Universidad de San Carlos que, por los
vídeos difundidos en redes sociales, no despertaban nada de confianza. Y
emprendí camino al norte, crucé la frontera (con mi pasaporte en orden)
cantando “¡Guadalajara, Guadalajara!”.
Otra historia es lo que tuve que
batallar para que me apostillaran y validaran mis títulos del bachillerato e
hicieran las equivalencias necesarias a través de un tedioso proceso
burocrático; que tuve que hacer el examen de ingreso dos veces por ese trámite
y que la segunda vez saqué menor calificación y fui la tercera persona del
promedio más bajo de mi generación; que cada semestre a sido una experiencia
única y han significado mucho a su manera. Pero todo eso es cuento para otra
ocasión.
Nimrod C.
Pareciera que todos tenemos conflictos existenciales y caemos acá, justo (creo) esas dudas son los que nos hacen llegar hasta acá porque es esta materia las que nos las puede aclarar, o ya de menos nos hace sentir mejor. Estaría muy chido saber mini historias o cuentitos de los lugares en los que has vivido y cómo te han forjado (el chisme pues).
ResponderBorrarmmmm. Pues me has hecho considerar eso de las mini anécdotas para una sección del blog, escribiré algunas y veré si cuelan. Gracias.
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